Nunca pensé que una persona tan admirable, que ha pasado por cosas
difíciles, que ha afrontado todos sus miedos, que ha luchado por lo
que ha querido, me hubiera dado la vida. Algo que para mí, siempre
será el mejor regalo que me hayan podido dar, algo que no hay que
desaprovechar nunca y que hay que vivirlo cada momento.
Así que, algún día tendría que agradecer todo esto que has hecho
por mí, en todo lo que llevo de vida, ¿no? Lo primero, muchas
gracias por haberme dado la vida, gracias por haberme ayudado en los
peores y en los buenos momentos, gracias por haberme dado todos esos
consejos que nadie me quiso dar, gracias por cuidarme y hacerme
sentir ''perfecta'' aunque cometa todos esos miles de errores, y
tenga todas esas virtudes y defectos que tienen todas las personas
del mundo.
Gracias por darme todas las fuerzas para seguir adelante, que gracias
a ellas he podido conseguir que algunos de mis sueños se hicieran
realidad, a pesar de todo ese esfuerzo que hice por ellos. Gracias
por todos esos momentos a tu lado, que algún día, cuando ya no
existas y hayas fallecido, los recordaré a cada hora, a cada minuto
y a cada segundo de mi vida. Gracias por todas esas risas sin
sentido, que hicieron que fuera feliz, aunque solo fuera en ese mismo
momento.
Gracias por todos esos enfados, que aunque fueran simples
discusiones, me dieron una buena lección. Gracias por darme tantos
ánimos para todo, porque gracias a todos ellos, me han dado ganas de
comerme el mundo, me han dado ganas de seguir luchando por todo, y
también he aprendido lo bonito que es la vida, ya que gracias a ti,
he podido tenerla. He podido disfrutarla en todos estos años que
vivo, he podido reír, he podido hacer cosas que nunca pensé que
haría, he conocido a gente que nunca imaginé que conocería.
Podría estar mucho tiempo, agradeciéndote todo lo que haces por mí,
podría tirarme toda la vida intentado explicarlo todo, podría
tirarme mucho tiempo así, pero me faltaría tiempo y palabras para
poder hacerlo. Me he dado cuenta, que gracias a ti he aprendido
muchas cosas, cosas buenas que con el tiempo he puesto en práctica y
que nunca, repito, nunca podría olvidar.
Me has enseñado que tenemos que vivir la vida a nuestra manera, a
ser yo misma, a no cambiar por nada ni por nadie, a luchar por lo que
me propongo, a ser feliz, a defenderme por mí sola, a que no estoy
sola, a que los ''para siempre'' nunca existen y ni existirán, pero
poca gente lo demuestra; a que a ella le tendré para lo bueno y para
lo malo. Me has enseñado miles de cosas, has influenciado tanto en
mi vida, como en la de mi hermana, y te lo agradeceré siempre, tenlo
claro.
Eres ese tipo de persona que al ver que quedan solo cuatro trozos de
cualquier tipo de comida, habiendo cinco personas, es la primera en
decir que no te gusta esa comida. Me he dado cuenta que tus brazos
siempre estarán abiertos a algo tan imperfecto, como lo soy yo, a
que tu corazón sabe comprender cuando necesito a una amiga y a que
tu fuerza y tu amor me han sabido dirigir por la vida, enseñándome
lo que está bien y lo que no.
También me enseñaste a que debo ser algo en esta vida, a que no me
tengo que quedar de brazos cruzados y debo ser lo que quiera ser, sin
que nadie ni nada pueda impedirlo.
Muchas gracias por darme todas esas alas para poder volar, guardaré
cada momento, cada risa, cada llanto y cada enfado, en esta cosa de
color rojo que tengo dentro de mi, llamada corazón.
Atentamente: Tu hija, que te quiere.